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lunes, 12 de abril de 2010

Crónica de un garabato*

Por Ailer González Mena

GARABATO OMNI

Estoy en el punto de partida. Fuente frente a la Ciudad Deportiva. Otros también esperan. 17 de diciembre del 2004.

Fue en la secundaria, en séptimo grado, la primera vez que choqué con LA POESÍA, digo llegar a leerla, a pensarla y a incorporarla a mi vida con una conciencia; antes había estado a un nivel escolar, formando parte de las clases de lectura en la primaria, y con la frialdad y el patriotismo con que nos hacían aprender y recitar de memoria los versos de Martí.
Pero fue en la secundaria.

Recuerdo encontrar en la biblioteca un libro de Gustavo Adolfo Bécquer, Rimas y leyendas creo que se llamaba, y quedar fascinada y necesitar vivir y suspirar a través de esos poemas. Después fue todo una extraña mezcolanza, desde Buesa con su "Domingo triste", pasando por Neruda, imprescindible en esos años del pre; un Rubén Martínez Villena preguntándose qué hacía donde no había nada grande que hacer, y enamorándonos de su "Hexaedro rosa", hasta un Ernesto Cardenal que no sé cómo cayó en mis manos y que yo sentí era poesía de otro tipo. Y así aparecieron Borges como una amarilla melancolía, y Luís Rogelio Nogueras con un librito que me volvía su cómplice: La forma de las cosas que vendrán.

GARABATO OMNI ALAMAR

Ellos deben estar arrastrando ese garabato por todo Alamar, quizás ya convencieron al jefe de la base de tren-bus y ahora tratan de subir ese garabato al camello, ante la mirada mañanera de esta gente que no entiende qué sucede, que colabora, escucha atentamente, y lanza gritos de júbilo ante la poesía leída para todos dentro de un M3 amarillo mostaza que sale desde Alamar hacia La Habana.
LA POESÍA. La buena, la mala, la que se intenta, la que nos abarca; buscarla y asirme a ella en una suerte de agonía múltiple en mis momentos de tristeza.
LA POESIA, la que no entendemos pero entendemos, y nos deja suspendidos sin saber qué decir, con algo adentro como un bulto pesándonos. LA POESIA. Necesitándola, respirando sobre nosotros. Nosotros devolviéndole a las palabras un gesto, una imagen, un hacer. LA POESÍA como el verdadero camino del amor.
Es entonces cuando decidimos crecer y sentirla como proceso vital, como posible elección, como alternativa, es cuándo se vuelve presencia activa y ya no agonizante remedio para amores contrariados. POESÍA taladro que cercena y rompe, que anda por la calle haciendo vida, LA POESÍA del pregonero, del hombre de la calle, LA POESÍA que se mueve...

GARABATO OMNI ALAMAR

Ahí llegan todo pintarrajeados y cargando ese enorme garabato. Me parece difícil el trayecto. Ciudad Deportiva-Rincón de San Lázaro: ¡no sé cuántos kilómetros! Aunque desde la noche anterior lo he pensado con la frescura y el buen ánimo de la aventura.
Ya nos saludamos entre abrazos y choques de manos.
Cinco los que esperábamos, ellos son muchos más.
Hay risas y vuelan los cuentos de cómo ha sido el traslado hasta aquí en el camello. Comienza el trayecto.
Vamos por toda la Calzada de Boyeros entre gritos y la poesía de Jaime Sabines, Ángel Escobar y otros.
El sol despeja las nubes grises y la mañana hasta entonces algo fría se calienta.
11 AM.

GARABATO OMNI ALAMAR

La gente nos sonríe al pasar.
Un grupo de hombres y mujeres en franca peregrinación; en medio de ellos uno va cargando sobre sus hombros un pesado garabato. Se dice a viva voz la poesía toda y se anuncia que esto es "un garabato por la salud de la poesía."
El calor nos hace buscar constantemente "los pepinos". La marcha avanza, se detiene, vuelve a avanzar y otro se echa el garabato sobre el hombro. Casi todo el camino por delante. Miro a mi alrededor: no ha llovido mucho. Escucho la poesía que se grita en ese momento y las voces que cantan: "los caminos, los caminos, los caminos no se hicieron solos". Tomo un poco de agua y me pregunto por qué estoy aquí, por qué cargo este garabato enorme de dos metros y medio, hecho de troncos que te hincan y rasguñan la piel, y camino carretera arriba empeñándome en llevarlo más allá de mis fuerzas.
Al borde de la avenida se suceden los centros de trabajo; la gente se asoma, nos llaman, nos ofrecen dinero para ofrenda a los enfermos; saben que hoy es 17 de diciembre, que hoy es día de pedir y nos asumen como sus mensajeros, escriben sus deseos en pedazos de papel: "salud y prosperidad", "paz en el mundo", "paz y amor para los cubanos".
Una y otra vez se detiene la marcha. Otro carga el garabato. Una y otra vez ante algún portal regalamos poemas, una y otra vez repetimos "esto es un garabato por la salud de la poesía", una y otra vez se levantan puños en gesto de apoyo desde los camiones de carga que pasan muy pegados a nosotros.

Este performance-peregrinación "por la salud de la poesía" que desde hace seis años realiza la gente de OMNI-ZONAFRANCA(1), de Alamar, es uno de los más bellos y sinceros que suceden en esta isla. Vivir esta experiencia es trascendente. Es comprobar la capacidad de "abrir" que tiene la poesía, ya no dicha detrás de una mesa con mantel y vasos de agua ante un público que escucha impasible, sino ante los rostros de quienes desmontan un camión de tarecos pesadísimos o frente a los que esperan ansiosos en las paradas y agradecen con gestos cansados.
"Olvidaremos el mar y las ciudades.
Olvidaremos el sol y los caminos.
Olvidaremos sin más los altavoces.
Olvidaremos la soledad y el miedo..." (2)

GARABATO OMNI ALAMAR CUBA

Entra la tarde. Avanzamos. El sol muy fuerte. Algunos comentan que en años anteriores ha sido bajo la lluvia. Nadie se queja, nadie pregunta cuánto falta. Nos conocemos, nos hacemos preguntas; se permanece atento al que lleva el garabato, se ayuda a acomodárselo si se le ha movido un poco. Nunca falta el dispuesto para cargarlo, no hay titubeos, nadie se esconde, todos se ofrecen. Cargar ese garabato casi con las rodillas dobladas por el peso me lleva a otros tiempos, y me sume en un compromiso social y de corazón con el hombre que siento es la prédica de este grupo.
Hay un policía al borde del camino. Nos detiene. Pone dinero en la caja de las ofrendas, para nuestro asombro. Le deseamos salud, y otra poesía es leída. Se despide con un gesto algo militar.
Nos acompaña la línea del tren y corre algo de brisa. Del otro lado nos llaman. Entramos a un recodo. Una familia ha construido en la entrada de su casa un altar para San Lázaro. Colocamos el garabato a un costado. Conversamos con la poesía:
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
El más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
Los amorosos son los que abandonan,
Son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
No encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
Porque están solos, solos, solos.
Entregándose, dándose a cada rato,
Llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
Viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
Siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
No esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
Siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables. (3)
Ellos agradecen y aplauden, nos regalan agua fría para el camino. Afuera nos cruza un tren de pasajeros sin ventanillas por el que asoman algunas caras y manos que nos dicen adiós.
Ya estamos cerca del Hospital Psiquiátrico de La Habana. Nos reunimos y nos tiramos una foto frente a una valla demasiado grande con la imagen de Hugo Chávez, en la que se lee "Bienvenido".

GARABATO OMNI CUBA ALAMAR

Frente al Hospital Psiquiátrico hacemos un alto. Todos nos quedamos mirando hacia el patio en donde los pacientes caminan como en círculos; no se agrupan, no conversan entre sí, se sientan alejados unos de otros, indiferentes. Allá uno nos dice adiós desde su banco con una sonrisa gastada y alucinante; otros dos se acercan y pegan sus rostros contra la cerca, piden ser fotografiados --un hombre y una mujer. Ella nos dice que pidamos porque pronto pueda salir de ahí. Alguien del grupo les lanza un girasol. Ellos sonríen cuando les hacen la foto, y así quedan: diciéndonos adiós desde su mundo. "¿De cuál lado de la cerca estarán la cordura y la razón?"

GARABATO OMNI ALAMAR

La marcha se torna más lenta, el sol más sereno. Aparecen unas vendedoras de dulces, más adelante pizzas y jugo de guayaba. Son pasadas las tres de la tarde. El primer descanso. Se come con intensidad y alegría; pero no nos demoramos y ahí vamos otra vez antes que la digestión se apodere de nosotros.
Entramos a Santiago de las Vegas. La gente reconoce al grupo: "¡vaya, la gente de Alamar!", y los comentarios: "...eso lo hacen todos los años." Otro cambio. Los pies comienzan a doler fuertemente y el garabato se siente más pesado. Un señor nos cuenta que salió desde la madrugada; otro de bastante edad, que viene en dirección contraria, nos dice dándonos ánimo: "¡Ida y vuelta!". Al paso encontramos otros pagadores de promesas: Se arrastran o avanzan de rodillas, vestidos con ropas de yute y los rostros congestionados por el dolor.
"San Lázaro es un santo marginal", pienso:
"Este acontecimiento religioso de los 17 de diciembre en la Habana solamente es comparable en su magnitud a los 8 de Septiembre, día de la Virgen de La Caridad del Cobre en Santiago de Cuba. Hacia el rincón de San Lázaro desfilan sin previa notificación miles de cubanos en una manifestación espontánea de la fe."
El último kilómetro se vuelve agotador, la multitud es densa, se cruzan saludos. Hay un ambiente de feria medieval que me recuerda los pasajes de Macondo: ventas por doquier de estatuillas del santo en diversos tamaños, se proponen crucifijos, rosarios, flores. A ambos lados de la calle que conduce al santuario, puestos atiborrados de frituras, carne asada, confituras y cualquier cantidad de baratijas de la industria ligera.
En un aliento final llegamos a la entrada del santuario. Miro al cielo, la tarde cae y las nubes han ocultado al sol.
Se hace un silencio.
Entre todos cargamos el garabato, avanzamos juntos repitiendo como un canto gregoriano: "Un garabato para que se abran los caminos... un garabato por la salud de la poesía". Vamos lentos, como una marea. Subimos los escalones de la iglesia casi a un mismo compás; al entrar escucho la voz del Padre diciendo su misa; la gente con velas encendidas nos abren paso hasta el centro. Alzamos el garabato para "recoger" la energía del lugar; hacemos siete mantras, tengo los ojos cerrados, creo que los demás también, así permanezco, sintiendo.

GARABATO OMNI CUBA ALAMAR

Salimos y llevamos el garabato hasta un árbol a un lado de la iglesia como en años anteriores. La gente se acerca, preguntan: "¿quienes son?" "¿religiosos, de Nueva Era?"
Otros dicen: "¿Son artistas?" "¿...por la salud de la poesía?" Somos 17 esta vez, casualmente, simbólicamente. Formamos un círculo alrededor del árbol donde cuelga el garabato. Se nos unen muchos otros. Tomados de las manos, todos juntos con la emoción y la sonrisa en el rostro, escuchamos a uno de los poetas que desde el centro alza la voz:
"Si hablase lenguas humanas
Y angélicas, y no tengo amor,
Vengo a ser como metal que resuena, o
Címbalo que retiñe.
Y si tuviese profecía, y entendiese todos
Los misterios y toda ciencia, y si tuviese
Toda la fe, de tal manera que trasladase
Los montes, y no tengo amor, nada soy.
(...)
El amor es sufrido, es benigno, el amor
No tiene envidia, el amor no es jactancioso,
No se envanece;
No hace nada indebido, no busca lo suyo,
No se irrita, no guarda rencor;
No se goza de la injusticia, mas se goza
De la verdad.
El amor todo lo sufre, todo lo cree, todo
Lo espera, todo lo soporta.
El amor nunca deja de ser...(4)

GARABATO OMNI ALAMAR CUBA

Rincón Religioso de San Lázaro. 7: 30 PM. Punto de regreso. (5)
Me gustaría hablarles de cómo me encontré con LA POESÍA...
NOTAS:
(1) Proyecto socio comunitario de la Ciudad de Alamar que agrupa a poetas, escritores, plásticos y músicos. La Poesía es el centro de su creación.
(2) Ángel Escobar. "El Castigo", Abuso de Confianza, ediciones Unión, 1994.
(3) Jaime Sabines. "Los Amorosos", Nuevo Recuento de Poemas, Grupo Editorial Planeta, 1997.
(4) El Nuevo Testamento. Corintios 13. 1,2,4,6,7,8
(5) Este año 2005 asistieron a la peregrinación 14 seres, como en otros años, gente de Rusia, Puerto Rico, E.U., Argentina, México, Nicragua…

*Publicado en la revista electrónica Esquife, 2006.

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